Constituye un paquete de normas para cambiar de una economía lineal a una economía circular en nuestro país.

¿CUÁLES SON LOS PRINCIPALES CAMBIOS?

Uno de principales puntos es la prohibición en 2023 de la comercialización de plásticos de un solo uso como pajitas, bastoncillos de algodón, cubiertos, vasos, tapas y tapones.

También se impulsa la venta a granel en los supermercados obligando a los supermercados de más de 400 metros a dedicar, antes de que acabe 2023, al menos el 20 por ciento de su establecimiento a la venta de productos sin embalaje. Y también introducen la obligación de que aquellos lugares que vendan alimentos y bebidas deberán aceptar el uso de recipientes reutilizables.

Se fomentará el uso del agua no embotellada a través de la instalación de más fuentes. Y la hostelería y restauración deberán servir agua no embotellada gratis.

La nueva ley permitirá a los ayuntamientos prohibir liberar globos de plástico y fumar en las playas, para evitar la cantidad de colillas y plásticos que acaban en el océano cada año.

Otro punto importante es la prohibición de la destrucción de excedentes no vendidos de productos no perecederos como textiles, juguetes o aparatos eléctricos. Se deberán donar o reutilizar.

Otro gran cambio es que antes del fin de 2021 habrá recogida separada de biorresiduos de origen doméstico y aceites de cocina usados. Y antes del fin del 2024 de los residuos textiles, los residuos peligrosos y voluminosos.

Por otro lado, exige a los Ayuntamientos la retirada del amianto de instalaciones y emplazamientos con teniendo que realizarse un censo y un calendario para su retirada.

Sin embargo, tendrá una parte negativa, ya que supondrá un incremento en los costes de las empresas y un descenso en las ventas. Y de cara al consumidor supondrá un incremento del precio de cada producto plástico que adquiera en forma de impuestos.

UN PASO ADELANTE PARA CONTRIBUIR A LOS ODS

La nueva Ley contribuye a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Impacta sobre el ODS 3 de Salud y bienestar con la posibilidad de prohibir fumar en playas y la retirada del amianto; lo que sin duda contribuirá a la lucha contra la contaminación de mares y océanos y el cambio climático.

En el ODS 12 de Producción y consumo responsable al proponer modelos basados en la economía circular. Y en el ODS 13, de Acción por el clima, al afectar de manera positiva todas las medidas a este objetivo.

Son alarmantes los datos de la producción de plástico mundial de unos 400 millones de toneladas y la estimación de que cada minuto se venden un millón de botellas de plástico en el planeta. De estos plásticos, 8 millones de toneladas acaban cada año en los océanos tardando en degradarse de media unos 500 años.

Con todas estas medidas se espera conseguir una reducción del plástico de un solo uso un 50 % con respecto a 2022 y llegar a alcanzar en 2030 una reducción del 70 %.

Por primera vez, se ha hecho un gran avance mirando al futuro de todos y al del planeta. Esperemos que estas medidas ayuden a que tanto empresas como población nos impliquemos y entre todos consigamos cumplir estos y los demás objetivos. Tenemos mucho daño que revertir y cada vez menos tiempo.