Cada año, muchos países alrededor del mundo realizan el cambio de hora, ajustando sus relojes en primavera y otoño. En España, este cambio se lleva a cabo el último domingo de marzo, y este año, el cambio de hora se produce hoy, en la madrugada del 31 de marzo. Pero, ¿por qué hacemos este cambio de hora? ¿Cuál es su propósito y su historia? En este blog de SLEEP’N, exploramos estas preguntas y entenderemos la razón detrás del cambio de hora en España.
LA BIENVENIDA A LA PRIMAVERA
La llegada de la primavera trae consigo días más largos y soleados, y qué mejor manera de aprovechar esa luz natural que ajustando nuestros relojes. Al adelantar una hora el reloj, podemos disfrutar de más horas de sol durante la tarde, lo que nos anima a salir y aprovechar al máximo el buen clima.
¿ES REALMENTE EFECTIVA ESTA MEDIDA?
Aunque desde 1981 se ha venido realizando el cambio de hora y se contempla en el marco legal, algunos expertos dudan sobre su efectividad. La Sociedad Española del Sueño y otros grupos han alertado sobre los efectos adversos del cambio de hora, que van desde irritabilidad y falta de concentración hasta problemas de salud graves como obesidad, diabetes e infartos.
A pesar de las preocupaciones, la propuesta de la Comisión Europea para poner fin al cambio de hora en 2019 fue pospuesta hasta 2021 debido a desacuerdos entre los estados miembros, y aún no se ha implementado. Aunque adelantar la hora puede significar que podemos aprovechar mejor la luz natural durante los meses de verano, algunos expertos consideran que el ahorro energético que se logra con esta medida es mínimo.
CONTINUAR CON LA TRADICIÓN
A medida que avanzamos hacia un futuro caracterizado por una mayor conciencia ambiental y social, es esencial que sigamos reflexionando sobre la pertinencia y eficacia de prácticas como el cambio de hora. Si bien esta medida ha sido una tradición arraigada durante décadas, el debate contemporáneo sobre su utilidad y sus posibles efectos adversos nos invita a reconsiderar su relevancia en el contexto actual.
Es crucial que busquemos soluciones que no solo promuevan un uso más eficiente del tiempo, sino que también contribuyan positivamente a la sostenibilidad ambiental y al bienestar general de la sociedad. En última instancia, debemos estar abiertos a explorar nuevas alternativas y adaptarnos a los desafíos cambiantes de nuestro mundo en evolución.
