Los datos sobre deforestación son escalofriantes. El 12% de los gases de efecto invernadero proceden de la deforestación y los cambios de uso del territorio.
Cada año desaparecen 8,8 millones de hectáreas de bosque, una superficie superior al tamaño de toda Andalucía. Entre 2000 y 2013 se degradó un 8% de los bosques primarios que quedan en el planeta.
Los bosques primarios son grandes áreas forestales vírgenes que albergan buena parte de la biodiversidad terrestre y constituyen enormes almacenes de carbono. En el año 2013, los paisajes forestales intactos cubrían 11,81 millones de km2, localizados mayormente en Canadá, Rusia, Brasil, República Democrática del Congo e Indonesia. Tristemente, están siendo destruidos o degradados por la actividad humana.
La destrucción de los bosques provoca la extinción de interesantes especies de flora y fauna y la emisión de grandes cantidades de gases de efecto invernadero, responsables del cambio climático. La expansión de la frontera agrícola y ganadera para la producción de materias primas (soja, aceite de palma, carne, caucho, caña de azúcar, papel, madera, etc…) es la principal responsable de la deforestación. También, la explotación maderera, la minería y la industria petrolera. En el origen de esta demanda desbocada de materias primas hay que señalar el modelo de consumo y los hábitos del estilo de vida occidental, así como los desequilibrios del actual sistema económico mundial.
Soluciones para frenar la deforestación
Las soluciones para frenar la deforestación deben ser integrales y adaptadas al contexto local y regional. No existe un enfoque único ni un criterio universal y las respuestas más efectivas son aquellas que combinan múltiples soluciones, como afirma el estudio “frentes de deforestación” de WWF.
Gobiernos, reguladores y empresas deben tomar conciencia de este problema y ejecutar acciones urgentes. Debemos garantizar que los productos procedentes de los bosques se produzcan y comercialicen de forma legal y sostenible. Además, se deben crear políticas y leyes que aseguren que todos los bienes y productos forestales importados estén libres de deforestación y conversión de ecosistemas, y que respeten los derechos humanos.
La deforestación en España
En España no quedan bosques primarios, aunque en algunos macizos montañosos perviven reductos de bosques viejos o maduros que son el hogar de especies de flora y fauna amenazada. Es imprescindible conocer y proteger estos bosques, así como evitar las actividades humanas que puedan comprometer su futuro.
Entre 1990 y 2019 en nuestro país se incrementó la superficie forestal a un 34%, colocando a España como uno de los países europeos con mayor crecimiento forestal. Sin embargo, asociaciones como WWF España denuncian que apenas cubren un tercio de la superficie potencial que podrían ocupar. De ahí que existan numerosos proyectos de reforestación y restauración ecológica, cuyo objetivo es revivir ecosistemas que se han degradado, dañado o destruido.
SLEEP’N Hotels & Reforesta frente a la deforestación
En SLEEP’N Atocha tenemos un firme compromiso con el medioambiente y la emergencia climática. Por eso, entre todas las medidas que llevamos a cabo para la protección del planeta, apostamos por la reforestación de nuestros bosques a través de la colaboración con Reforesta, una organización que desde el año 2009 ya ha plantado más de 27.000 árboles en nuestro país.
